El pasado 1 de diciembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en favor del «deporte como facilitador del desarrollo sostenible». A partir de ello, se plantean cinco ideas para su análisis crítico, teniendo en cuenta las implicancias y contradicciones que presenta para el sistema deportivo (y la recreación, la educación física y la actividad física).
La declaración de la UN envía un mensaje de respaldo a los gobiernos, ONGs, y socios privados interesados en la estrategia del DDP, o Deporte para el Desarrollo y la Paz. Esto tiene implicaciones y efectos colaterales que pasan inadvertidos, y pone en evidencia las contradicciones de UN y el COI. En esta entrada analizamos cinco ideas clave: la primera, vinculada con la consolidación del rol pacificador del COI (Comité Olímpico Internacional) en la geopolítica, la segunda, sobre el mutuo apalancamiento de UN (Naciones Unidas) y el COI para respaldar el uso de megaeventos deportivos en la agenda para el desarrollo sostenible (a pesar de sus contradicciones), la tercera, relacionada con el respaldo de UN al COI y la «autonomía del deporte». Por otro lado, como cuarta idea, el uso del término deporte para referirse a todas sus formas (profesional, de élite, escolar y formativo), la recreación y la educación física, y quinta, la observación de falta de datos que soporten la contribución del deporte para el desarrollo, en especial la Agenda 2030.
El rol pacificador del COI (Comité Olímpico Internacional) en la geopolítica
Este reconocimiento afirma la naturaleza política del COI y del Movimiento Olímpico. El deporte como proceso, y materializado como evento, es insostenible sin recursos públicos ni política en cualquier país del mundo. Negar la relación entre deporte y política desde el Movimiento Olímpico es una estrategia que funcionó en los siglos XIX y XX, pero en este siglo esa idea es insostenible. En 2023, el COI se aproxima a enfrentar estos desafíos de forma pero no de fondo, como pueden ver en esta entrada.
Se reafirma que el deporte es un importante facilitador del desarrollo sostenible y reconoce que contribuye cada vez más a hacer realidad el desarrollo y la paz promoviendo la tolerancia y el respeto, y que respalda también el empoderamiento de las mujeres y los jóvenes, las personas y las comunidades, así como los objetivos en materia de salud física y mental, educación e inclusión social.
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Mutuo apalancamiento de UN (Naciones Unidas) y el COI para respaldar el uso de megaeventos deportivos en la agenda para el desarrollo sostenible (a pesar de sus contradicciones)
Los eventos deportivos, especialmente los megaeventos, no contribuyen al desarrollo sostenible, ni al desarrollo económico y social; a menos que existan recursos y acciones específicas destinados a un objetivo concreto. Los megaeventos por el contrario, en términos de costos, desarrollo económico, social y ambiental, parecen traer más problemas que beneficios. Existe evidencia empírica que lo valida. Lindsey y Darby se preguntan por la coherencia entre el deporte y la Agenda 2030.
Afirmando la valiosa contribución de los movimientos olímpico y paralímpico al establecimiento del deporte como medio singular para promover la paz y el desarrollo, en particular a través del ideal de la tregua olímpica, reconociendo las oportunidades que ofrecieron los pasados Juegos Olímpicos y Paralímpicos, incluidos los celebrados en Tokio en 2021 y en Beijing en 2022, al igual que los Juegos Olímpicos de la Juventud de Invierno celebrados en Lausana (Suiza) en 2020, acogiendo con aprecio todos los próximos Juegos Olímpicos y Paralímpicos, en particular los que se celebrarán en París en 2024, en Milán-Cortina (Italia) en 2026, en Los Ángeles (Estados Unidos de América) en 2028 y en Brisbane (Australia) en 2032, así como los Juegos Olímpicos de la Juventud que se celebrarán en Gangwon (República de Corea) en 2024 y en Dakar (Senegal) en 2026, y exhortando a los futuros organizadores de los Juegos y a otros Estados Miembros a que incluyan el deporte, según corresponda, entre las actividades orientadas a la prevención de conflictos y aseguren que se observa efectivamente la tregua olímpica durante los Juegos.
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Respaldo a la «autonomía del deporte»
Coincidimos con académicos y periodistas que el sistema deportivo es incapaz de reformarse. Sus medidas para controlar los problemas pasados (corrupción, soborno, ocultamiento de pruebas adversas de dopaje) y presentes (match fixing y violencia no accidental) han demostrado ser ineficaces. Jens Weinreich describe -texto en inglés- el uso de la fórmula que ha utilizado Thomas Bach para mantenerse en el poder en el COI.
Apoya la independencia y autonomía del deporte, así como la misión del Comité Olímpico Internacional como líder del movimiento olímpico y del Comité Paralímpico Internacional como líder del movimiento paralímpico.
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El deporte como sombrilla para la educación física, la actividad física y la recreación
La resolución hace un recuento de las resoluciones anteriores sobre el tema (por ejemplo, proclamar en 2005, el Año Internacional del Deporte y la Educación Física para fortalecer el deporte como medio de (SIC) promover la educación, la salud, el desarrollo y la paz. El 6 de abril como el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, la construcción de un mundo pacífico y mejor mediante el deporte y el ideal olímpico). Lo anterior es la evidencia que, al menos desde el 2003, UN ha concentrado en el concepto de deporte, otras manifestaciones físicas y lúdicas que no son deporte, pero son reconocidas por sus externalidades positivas. Para el Grupo de Tareas Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre el Deporte para el Desarrollo y la Paz, 2003, el deporte corresponde a:
Actividades físicas que contribuyen a la buena forma física, al bienestar mental y a la interacción social. Incluye el juego, el esparcimiento, el deporte organizado, aficionado o competitivo y los juegos o deportes tradicionales.
Grupo de Tareas Interinstitucionales de las Naciones Unidas sobre el DDP, 2003.
Los efectos de este agrupamiento, tiene ganadores y perdedores. Los ganadores son las organizaciones deportivas clásicas (COI, CON, FI, FN) quienes niegan su naturaleza política, pero se benefician de su relación con todo tipo de gobiernos, especialmente con el patrocinio de megaeventos deportivos. Los perdedores son las organizaciones deportivas de base; quienes son incapaces de traer proyectos de DDP para sus comunidades locales; las ONGs sin afiliación política, en especial las que promueven el DDP; y el sistema educativo en general, quien ha sido incapaz de abogar por una educación física de calidad en la región.
Reconociendo el considerable impacto que tuvo la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) en todos los aspectos del deporte, tanto en las categorías profesional y de aficionados como a nivel de las comunidades, y en los encuentros deportivos planificados e informales, ya que, por un lado, causó disrupciones en los eventos deportivos y afectó a las cadenas de suministro relacionadas con las condiciones de trabajo de los deportistas, la gestión de los eventos deportivos y las reuniones masivas, y la seguridad y la salud ocupacionales y, por otro lado, limitó el acceso a la actividad física y la educación física, lo que plantea grandes retos para la salud física y mental y el bienestar de las personas, las familias y las comunidades.
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Falta de datos que soporten la contribución del deporte al desarrollo sostenible
El problema de la ambiguedad en los conceptos de deporte, juegos, actividad y educación física, sumado a la falta de interés académico en la materia, en especial de expertos provenientes de campos diferentes al de la educación física y la gestión deportiva, es reconocido en la resolución. Aunque se avanza en la creación de una batería de indicadores, su socialización, aplicación y validación en campo tardará un buen tiempo. Mientras tanto, la pregunta sobre el cómo es que el deporte contribuye al desarrollo sostenible sigue sin respuestas específicas.
Observa la falta de estadísticas y datos socioeconómicos globales centralizados sobre el deporte, reconoce los progresos en la elaboración y adopción de indicadores comunes para medir la contribución de la educación física, la actividad física y el deporte, y alienta al sistema de las Naciones Unidas a proseguir su colaboración con el Commonwealth y otros asociados internacionales para establecer
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un marco de indicadores comunes, teniendo en cuenta la acción 2 del Plan de Acción de Kazán, aprobado en la Sexta Conferencia Internacional de Ministros y Altos Funcionarios encargados de la Educación Física y el Deporte y que la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura hizo suyo;
A continuación, el documento completo de la resolución en español:
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ES