El Comité Olímpico Internacional viene de celebrar la 11° Cumbre Olímpica, en la que participaron representantes de todo el Movimiento Olímpico. En la misma, se debatieron diferentes problemáticas de cara al futuro del olimpismo, lo cual permite vislumbrar cuáles serán los principales retos que la organización deberá enfrentar el próximo año.

Las Cumbres Olímpicas son consideradas por el COI como “parte de un proceso de consulta sobre temas importantes para el futuro del Movimiento Olímpico”. En esta ocasión, representantes de Federaciones Internacionales, Comités Olímpicos Nacionales, Asociaciones Continentales y demás actores se reunieron en persona para discutir diferentes problemáticas tales como la exclusión de atletas rusos y bielorrusos, los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030 y Paris 2024, entre otros aspectos. A continuación, ofrecemos una mirada sobre los puntos más destacados y que más preocupan al COI de cara al 2023:

¿Regresan los atletas rusos y bielorrusos?

Según el COI, la “vasta mayoría” de los participantes estuvo de acuerdo en mantener las sanciones contra Rusia y Bielorrusia, que comenzaron tras la invasión a Ucrania en febrero de 2022. De esta forma, ambos países quedan vetados de organizar eventos internacionales, se prohíben sus banderas, himnos y colores y se retiran las órdenes olímpicas a personalidades como Putin. Sin embargo, la cuestión de la participación de atletas rusos y bielorrusos está en el foco de la discusión.

La postura del organismo asume que los atletas de ambas nacionalidades no pueden participar de competencias internacionales por dos motivos: algunos gobiernos deciden qué atletas participan y cuáles no, lo cual manifiesta una injerencia “inaceptable a la autonomía del deporte y su neutralidad política”, y, por si fuera poco, no se puede garantizar su seguridad en algunos países.

Frente a esto, se vislumbra un panorama complicado para los atletas de ambos países que ven en peligro sus posibilidades de clasificar a los próximos Juegos Olímpicos de París 2024. Si no pueden participar de competencias deportivas, mucho menos de los clasificatorios que comienzan el año que viene. Por ello, desde el Consejo Olímpico de Asia, ofrecieron una posible solución: ellos permitirían a los atletas rusos y bielorrusos participar de eventos organizados en Asia bajo su autoridad, respetando las sanciones vigentes. La iniciativa fue bien recibida por las FIs, quienes podrían aplicar soluciones similares de acuerdo a sus respectivas disciplinas y sus medidas de seguridad. De esta forma, no habría una única solución, sino muchas de acuerdo a cada deporte.

La cuestión de los atletas rusos y bielorrusos incrementa la naturaleza política del COI, cuyo mandatario descartó su neutralidad frente a la guerra de Ucrania cuando visitó a su presidente, Volodímir Zelenski, en Kiev el pasado julio.  Como consecuencia, el documento de la Cumbre Olímpica afirma el compromiso del organismo con el CON de Ucrania para que tengan “un equipo fuerte” tanto en París 2024 como en Milano-Cortina 2026.

A fin de cuentas, la problemática de los atletas de Rusia y Bielorrusia será el principal obstáculo a resolver en el 2023. La guerra de Ucrania obligó al COI a asumir (expresamente) su rol de entidad política en el marco del deporte, y a incumplir con su propia Carta Olímpica que sostiene que “el disfrute de los derechos y libertades establecidos… debe garantizarse sin ningún tipo de discriminación, ya sea por raza, color, sexo, orientación sexual, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, riqueza, nacimiento u otra condición”.

Juegos Olímpicos de Invierno 2030, ¿en peligro?

En la Cumbre Olímpica, la presidenta de la Comisión de Futuras Sedes, la ex presidenta croata Kolinda Grabar-Kitarovic (por cierto, denunciada por Human Rights Watch por violar los derechos de inmigrantes en la frontera entre Croacia y Bosnia), anunció que el COI continúa en “permanente diálogo con varios proyectos bien desarrollados” de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030. Sin embargo, también se confirmó el retraso de dicha elección (contemplada inicialmente para la Sesión del COI de Mumbai del año próximo) para estudiar “las posibilidades que enfrentarán los JJOO de invierno con el impacto del cambio climático”.

De esta forma, el Comité Ejecutivo del COI aceptó darle más tiempo a la Comisión de Futuras Sedes para una evaluación completa de la problemática, a los fines de “tomar las mejores decisiones posibles para la futura sede”. Entre las propuestas que se encuentran en carpeta está la “rotación de los juegos dentro de un grupo determinado de anfitriones” (no se brindaron más detalles al respecto), “condiciones climáticas mínimas y criterios de infraestructura existente”.

El argumento del COI nace a partir de la notable ausencia de nieve natural en las últimas ediciones de los Juegos Olímpicos de Invierno. Como consecuencia, se busca que las futuras sedes puedan demostrar “temperaturas mínimas medias por debajo de los cero grados en los lugares de competencia, en el periodo de los juegos y durante 10 años”. Asimismo, se contempla una doble elección para los juegos de 2030 y 2034, para generar cierta estabilidad en el sector, sin embargo, los resultados preliminares de una investigación académica referida por el COI sostienen que existe “una posible reducción del número de anfitriones climáticamente fiables”.

Sin embargo, periodistas internacionales señalan que existe otra razón detrás de esta decisión: posiblemente, se queden sin ciudades interesadas en organizar los juegos de 2030. ¿Por qué? En primer lugar, la propuesta de Vancouver, Canadá, corre peligro luego de que el gobierno de British Columbia no asegurara el financiamiento necesario para la candidatura; en segundo lugar, Salt Lake City, en Estados Unidos, parece querer enfocarse en 2034 para dar prioridad a los Juegos Olímpicos de Los Angeles 2028, y, por último, Sapporo en Japón, teme verse afectada por los escándalos de corrupción vinculados con la concesión de patrocinios para los juegos de Tokio 2020. La candidatura japonesa no descarta un referéndum, lo cual hace peligrar aún más la iniciativa nipona.

Lo cierto es que el retraso en la elección hará que la ciudad que albergue los juegos de 2030 cuente con menos años de preparación en comparación con anteriores sedes. Sin embargo, Christophe Dubi, director de Juegos Olímpicos del COI, aclaró que ello no será un problema porque las tres potenciales candidatas fueron sedes de los Juegos Olímpicos de Invierno previamente, con lo cual ya poseen la infraestructura y experiencia necesaria para llevar adelante la organización del evento.

Un camino sinuoso a París 2024

2023 será la antesala a los próximos Juegos Olímpicos en la capital francesa. Por ello, su organización será una prioridad fundamental para el COI, que busca reposicionar el evento tras el antecedente de Tokio 2020, que contó con los niveles de audiencia más bajos del siglo, ausencia de espectadores y sobrecostes por el aplazamiento a causa de la pandemia del Covid-19. En el caso de París, la ciudad ya enfrenta un aumento en el presupuesto operativo de su Comité Organizador, que anunció un incremento del 10% producto de la inflación.

El presupuesto operativo inicial era de 4.000 millones de euros (USD 4.100 millones), pero tras una actualización de los gastos, la cifra trepó a los 4.400 millones de euros (USD 4.500 millones). La organización, a cargo del campeón olímpico Tony Estanguet, confirmó que los gastos adicionales servirán para recursos humanos, ciberseguridad y, sobre todo, para el operativo de seguridad de la ceremonia inaugural, que por primera vez se desarrollará fuera de un estadio, lo que incrementa el riesgo de potenciales ataques o disturbios.

Sin embargo, un serio inconveniente que enfrentará la organización (y el COI) está relacionado con la reciente investigación de los diarios franceses Le Monde y Libération sobre la existencia de trabajadores migrantes indocumentados al frente de las construcciones de las sedes de París 2024. Según los periódicos, los trabajadores están sometidos a exceso de trabajo, reciben mala paga y no cuentan con contratos formales de trabajo, recibos de pago o vacaciones. Asimismo, el Ministerio de Trabajo de Francia reportó, hasta el momento, un total de 87 accidentes laborales desde el comienzo de las construcciones. Le Monde citó a uno de los trabajadores indocumentados, originario de Mali, que afirmó: “estamos aquí para sobrevivir, no tenemos otra opción, incluso aunque las cosas no salgan como queremos, no nos rendiremos”.  

El Comité Organizador todavía no se expresó sobre la investigación, pero en Francia la problemática de los trabajadores indocumentados ya venía siendo noticia desde la adjudicación de la Copa del Mundo a Catar. Este año, diferentes ciudades francesas convocaron a un boicot contra el torneo y se negaron a organizar fan fests y colocar pantallas gigantes para transmitir los partidos. Resta observar cómo se comportarán las organizaciones de la sociedad civil francesas al respecto. ¿Habrá boicot también en París 2024?

Optimización de los Juegos

Este año, el COI creó el “Grupo de Optimización de Juegos” liderado por Kirsty Coventry, quizás una de las miembros del COI más relevantes del último tiempo: fue presidenta de la Comisión de Atletas y ahora también ejerce de coordinadora para Dakar 2026 y Brisbane 2032. El hecho es que la fundación del mencionado grupo de trabajo tendrá como objetivo “optimizar a los tiempos modernos todos los aspectos de los Juegos Olímpicos”.

Nada quedará al azar, ya que el grupo trabajará sobre todos los aspectos que cubran la organización de unos Juegos Olímpicos, ya sea sedes de competición, de entrenamiento o transporte. Thomas Bach expresó al respecto que desea en el futuro “unos juegos más jóvenes y digitales”, como resultado del Grupo de Optimización.

El equipo tendrá la participación de representantes de los Comités Organizadores de los futuros juegos (tanto olímpicos como de la juventud) y diferentes stakeholders del Movimiento Olímpico. A pesar de que las medidas de optimización serán planificadas para futuros Juegos Olímpicos, las actuales sedes designadas podrán implementarlas según sus necesidades. En el 2023, el COI deberá dar seguimiento al trabajo de este grupo y habrá que estar atentos a las medidas que recomendarán en futuras publicaciones.

Esports en el seno del olimpismo

Por último, es importante destacar que en 2023 se llevará a cabo la primera “Semana Olímpica de Esports” del 22 al 25 de junio en Singapur. Para el COI, el evento significa “un gran paso para apoyar el desarrollo de los deportes virtuales en el Movimiento Olímpico”, por lo que se sienta un importante precedente para el futuro del olimpismo.

Durante el evento, el COI también resaltó que se llevará a cabo la primera final en persona de la Serie Olímpica de Esports, cuya primera edición se realizó en 2021. En la edición de 2023, se busca incorporar más FIs al programa deportivo para que diferentes deportes olímpicos puedan tener su versión virtual. De esta forma, la organización sostiene que busca acercarse a nuevas audiencias y promover la actividad deportiva, además de ofrecer un espacio de entretenimiento.

¿Llegarán los Esports a ser parte del programa olímpico en el futuro? El 2023 será un año clave para empezar a trazar ese camino.

Fuentes: IOC Media, Infobae, Inside the Games, Los Angeles Times, Le Monde, Libération.

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