Pound ha puesto la atención en dos asuntos sensibles de la gestión deportiva internacional en una sola frase. El manejo discrecional y opaco del dinero en el deporte internacional.
Richard Pound, conocido como Dick Pound; hizo una revelación histórica para el Movimiento Olímpico: “El estado financiero de las Federaciones Internacionales está mejor guardado que los secretos nucleares.” Pound ha sido vicepresidente del COI en dos ocasiones, de 1987 a 1991; y de 1996 al 2000. También presidente de WADA de 1999 a 2007, pertenece al Consejo Internacional de Arbitraje para el Deporte (ICAS) desde el 2007 y otro tanto en el Comité Olímpico Canadiense, en ODEPA y otras organizaciones deportivas de su país. Pound es el prototipo de gentleman olímpico: Hombre blanco, rico, del primer mundo, en la tercera edad, miembro de múltiples organismos deportivos desde hace más de 40 años, inmune a los conflictos de intereses evidentes para todos, menos para la familia olímpica.
Pound ha puesto la atención en asuntos sensibles de la gestión deportiva internacional en una sola frase. El manejo discrecional y opaco del dinero en el deporte internacional. En entrevista con Sailing Illustrated, Pound lanzó una advertencia a las Federaciones Internacionales, y les dijo que si querían recibir ayuda del COI, deberían “aclarar” sus estados financieros. Esta situación se desprende de la actual crisis del coronavirus y el aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que trajo serias consecuencias económicas, por las ganancias proyectadas que quedaron más que aplazadas, en estado incierto. “Las FI deben tener cuidado al manejar su dinero, y aunque nos gustara ayudarlos y probablemente lo hagamos, parte de eso involucra que las Federaciones aclaren el estado actual de sus asuntos financieros, y eso siempre ha estado más guardado que los secretos nucleares”, expresó Pound. “Las que acudan al COI en busca de ayuda, antes de que la reciban, deberán demostrar la necesidad y ofrecer compromisos en cuanto al nivel de confiabilidad de sus estados financieros en el futuro”.
En el año 2016, tras los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, las Federaciones Internacionales recibieron aproximadamente un total de 540 millones de dólares de acuerdo a su sistema escalonado (Inside the games, 2020). Un informe reciente de Richard McClaren sobre la FI de Halterofilia descubrió que en los libros de la Federación no se contabilizaron más de USD $10 millones, que se cubrieron 40 positivos de dopaje y se compraron votos para garantizar la reelección del ex presidente, el Dr. Tamas Ajan. Otras organizaciones, incluyendo The Guardian, han expuesto la corrupción en la candidatura olímpica de Tokio 2020 y en AIBA, el órgano rector del boxeo amateur. La lista podría seguir pero ese no es el objetivo de esta entrada.
Nuestra tesis a favor de resolver el problema, es la creación de un organismo independiente, con capacidad de investigar, monitorear, sancionar y prevenir la corrupción en el deporte. Los intentos por resolver el problema se han quedado en lugares comunes, investigaciones que no encuentran nada nuevo, dirigentes que no renuncian, y un clima de desconfianza que parece no importarle a los dirigentes como Pound, quien acercándose a las 80 décadas, hace una declaración que es un secreto a voces.
Estamos trayendo la conversación democrática a un sistema complejo, cerrado, orientado en valores, pero errático en su ejercicio. Si las cosas continúan asi, el deporte tal y como lo conocemos, seguirá perdiendo credibilidad, público y practicantes.